Reflexión Evangelio Dominical DOMINGO 29 T.O.

Escrito por el octubre 17, 2021

 

Reflexión Evangelio Dominical DOMINGO 29 T.O.

 

El primer conflicto serio de la Iglesia tuvo lugar ante los propios ojos de Jesús: dos de sus discípulos contra diez, y diez contra dos. El motivo no fue una discusión teológica o el rechazo de algún dogma, sino la ambición de poder, la lucha por los primeros puestos. Fue el comienzo de una dolorosa y repetida historia de división y conflictos, a menudo desencadenados por rivalidades y envidias. Cuando alguien quiere dominar, imponerse sobre los demás, el grupo se destruye.

Santiago y Juan, los dos hijos de Zebedeo, se presentan a Jesús y, delante de todos, sin ninguna discreción ni disimulo, y le dicen: “¡Queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir!”. Parece que se sintieran con algún derecho, y por encima del resto del grupo para plantear semejante petición. No dicen “por favor”, sino que exigen, como reclamando un derecho. Seguramente recordaban que, después del primer anuncio de su pasión (cf. Mc 8,31), Jesús habló del día en que “venga con la gloria de su Padre y acompañado de sus santos ángeles” (Mc 8,38). El resto del discurso se les había «olvidado», no así la palabra «gloria», que Jesús había usado exclusivamente en esta ocasión. Y la conectaron con la enseñanza de los rabinos quienes, refiriéndose al Mesías, aseguraban que “se sentará en el trono de la gloria” para juzgar, y a su lado se sentarán «los justos». Santiago y Juan aspiran a tener algún poder en el cielo, estar en el selecto grupo de los justos.

Cuando surgen entre sus discípulos pretensiones de honores, privilegios, y deseos de los primeros puestos, Jesús nunca se muestra comprensivo ni condescendiente. (cf. Mc 8,33; 9,33-36), y en este caso ha sido duro y severo: “No sabéis lo que estáis pidiendo”. Saben bien que “entre los hombres los que son tenidos por gobernantes dominan a las naciones como si fueran sus dueños y los poderosos imponen su autoridad”. Los discípulos conocen cómo ejercen la autoridad los líderes políticos y religiosos, los rabinos, escribas y sacerdotes del templo: dan órdenes, reclaman privilegios, exigen ser venerados según los protocolos; hay que dirigirse a ellos con los títulos y reverencias correspondientes a la posición y prestigio de cada uno. ¿Son estas autoridades las que deben inspirar a los discípulos? Jesús les da una orden clara y contundente: “No será así entre vosotros” (v. 43). Ninguno de esos liderazgos puede ser tomado como ejemplo. El modelo –explica– es el esclavo, el Siervo.

Si alguien como parte o fuera de un ministerio de la Iglesia pretende servirse de los demás para su propio provecho esta haciendo mucho mal y no es esta siguiendo la voluntad del Señor que “no ha venido a que lo sirvan, sino a servir”.

“Si alguien quiere ser grande, sea el servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos”.
Volvamos a nuestras actividades familiares y sociales no queriendo ser los de la derecha o de la izquierda, sino como los servidores de nuestra familia y de nuestra comunidad. Así demostramos que somos verdaderos discípulos de Jesús y verdaderos cristianos. Amen.

Padre Antonio Ortiz


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